martes, 6 de febrero de 2018

¡Arza y dale!... El tango del morrongo y otras composiciones


Para entender la reciente historia musical hispana no podemos prescindir del cuplé. El pliego que reproduzco se hace eco del conocido Tango del morrongo, al que podemos considerar como prototipo de cuplé picaresco, con letra de doble sentido que a nadie se le escapaba, lo que producía un simulado rechazo por las gentes conservadoras que no dudaban en criticarlo públicamente, pero que no se perdían los espectáculos donde se escenificaban estas desenfadadas canciones.

El pliego recoge los números más característicos de la revista Enseñanza libre, con libreto de Guillermo Perrin y Miguel Palacios y con música de Gerónimo Giménez. Dicha revista, bajo el rótulo de "Apropósito cómico-lírico" en un acto y cinco cuadros, se estrenó en el madrileño Teatro Eslava el  día 11 de diciembre de 1901. La obra puede considerarse perteneciente al llamado género sicalíptico, que, según su etimología: del griego sicon (higo) y aleifo (untar, frotar) podría traducirse con la sugerente expresión de "frotarse el higo". 


El famoso morrongo (con ritmo de tango en la obra impresa), e interpretado como cuplé sicalíptico, alcanzó tanto éxito que ha sido escenificado repetidamente por famosas cupletistas y actrices.
                                Arza y dale,
                                yo tengo un morrongo
                               que cuando en la falda
                               así me lo pongo,
                               ¡arza y toma!
                               yo tengo un minino
                               de cola muy larga,
                               de pelo muy fino;
                               si le paso la mano al indino
                               se estira y se encoge
                               de gusto el minino;
                               y le gusta pasar aquí el rato;
                               ¡ay! arza que toma,
                               qué pícaro gato.
                               ¡Ay, qué fino!
                               ¡Ay, qué fino,
                               el pelito que tiene el minino!
                               ¡Ay, morrongo!
                               ¡Ay, qué contento si aquí me lo pongo!
                               ¡Ay, qué fino, qué fino, qué fino,
                               el pelito que tiene el minino;
                               qué contento si aquí me lo pongo!
                               ¡Ay, morrongo, morrongo, morrongo!
La obra original también recoge otros números corales, como este "couplet" del ratón o "tengo un novio que es hortera".



El famoso Tango del morrongo se ha cantado en múltiples ocasiones: desde su estreno por María López Martínez en 1901, han sido muchas las intérpretes que, con mayor o menor fortuna, lo incorporaron a su repertorio, desgajado de su primitivo espectáculo teatral: como María Conesa, Amalia Molina, Mapy Cortés, Marujita Díaz, Nati Mistral o Carmen Sevilla, quien lo interpretó en una escena (censurada, por cierto, en su proyección española) de la película Una mujer de cabaret (1974).

Como ejemplo de "género ínfimo", como también se conoce (impropiamente) a este tipo de obras de teatro musical, en su largo recorrido de algo más de cien años ha vuelto a resucitar con notable éxito en mayo del pasado año (2017) en el madrileño Teatro de la Zarzuela, fusionando Enseñanza libre con La gatita blanca, con música igualmente de G. Giménez y estrenada esta última en 1905. Los textos han sido adaptados para un público del siglo XXI fundiendo las dos obras originales en un espectáculo acorde con las supuestas expectativas revitalizadoras de un estilo y una época.

María Conesa

Amalia Molina
María Conesa
Pilar Cohen

Mapy Cortés
Julita Fons
El pliego no solo recoge el célebre tango, sino que incorpora, utilizando su peculiar estructura, otros textos de parecida intención y añadiendo, para completar, una polca dedicada a las mujeres del día y una "Americana de los templaos" (sic), que no es otra sino la conocida habanera de la zarzuela Los timplaos, con música también de G. Giménez y a la que dediqué una entrada en este mismo blog:








©Antonio Lorenzo